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Estados Unidos - Irán

Publicado el 10/01/2020 en Noticias UCC

La presente crisis es un capítulo más del enfrentamiento que mantienen los Estados Unidos e Irán, desde 1979, año en el que el ayatollah Khomeini llevó a cabo la revolución islámica e instauró en dicho país la República Islámica de Irán, una teocracia que no tardó en identificar como sus enemigos a los antiguos aliados del Sha de Persia, Estados Unidos e Israel.

La necesidad de confinar la revolución a Irán, limitando las aspiraciones de Teherán de exportar su revolución a todo el mundo islámico, empezando por Medio Oriente, hizo que durante la guerra entre Irán e Irak (1980-1988), los Estados Unidos, hacia el final de la guerra, apoyaran al líder iraquí Saddam Hussein, de tendencia secular, para evitar que dicho país se convirtiera al modelo iraní, aprovechando que ambos países poseen poblaciones mayoritariamente islámicas de la rama chiita.

Puntos de conflicto

La reseña de los acontecimientos es larga para detallarla aquí, basta recordar la toma de la Embajada de EEUU en Teherán y el secuestro de rehenes (1979-1981), la ruptura de relaciones diplomáticas (1980), la designación de Irán como país que apoya al terrorismo (1984), también su inclusión en el llamado eje del mal (Bush, 2002), el nuevo impulso al Programa Nuclear iraní (2002-2005) y la salida de los Estados Unidos del Acuerdo Nuclear con Irán (2015) con la imposición de sanciones cada vez más drásticas (sólo lo respaldan Francia, Reino Unido, Alemania, China y Rusia).

A mi juicio, dos cuestiones han marcado un cambio en la dimensión del conflicto. Por una parte, la intervención iraní en varios países del Medio Oriente, apoyando a grupos como el Hezbollah libanés -y su rol decisivo en el marco del conflicto sirio- y a los Hutíes en Yemen, entre otros, y por otra parte, el desarrollo de los programas misilístico y nuclear iraníes, -con la firme oposición de EEUU e Israel- los cuales han materializado las aspiraciones iraníes de convertirse en una potencia regional, que incluso ha proyectado su influencia a regiones alejadas del Medio Oriente como América Latina.

Esta situación ha planteado un dilema de seguridad para los Estados Unidos y sus aliados, principalmente Arabia Saudita e Israel, que quieren evitar que Irán siga empoderándose, sobre todo porque no actúa solo; comparte intereses con Rusia y en cierta manera con China, ha incrementado notablemente su influencia en Irak y Siria, y juega un rol decisivo en Líbano, también en Yemen.

Posibles escenarios

La escalada generada por la decisión del Presidente de EE.UU., Donald Trump, de ordenar la muerte del general iraní Soleimani, a quién acusaba de estar planificando ataques contra objetivos estadounidenses, como el reciente asedio a la Embajada de dicho país en Bagdad, puede tener unas consecuencias muy graves tanto para la seguridad como las economías internacionales.

Soleimani era el encargado de organizar los grupos proxy iraníes que operan en todo el Medio Oriente, cuyos miembros son entrenados por la Guardia Revolucionaria de Irán, conocida como Fuerza Quds y apoyados financieramente por Teherán.

Aún cuando los Estados Unidos continúan siendo la mayor potencia militar mundial, no es inmune a los ataques de Irán, que posee un programa misilistico avanzado, el cual podría dañar a los aliados de Washington en la región, y sería muy difícil evitar que no se involucren en el conflicto, lo cual haría que el mismo se desarrolle en forma regional. Irán también podría recurrir a otras formas de acción, como el terrorismo o los ataques cibernéticos.

Compartiendo la visión de varios especialistas, no ha habido cambios en la coyuntura actual que justifiquen la decisión de Trump, que parece haber actuado motivado más por necesidades de política doméstica, que debido a un incremento en el nivel o naturaleza de la amenaza representada por Irán, y cuyas potenciales consecuencias no se limitarían a los Estados Unidos e Irán, sino que afectarán a toda la comunidad internacional (migraciones masivas, incremento del petróleo y por ende de los fletes de las mercancías, etc.).

En respuesta a la muerte del Gral.  Soleimani, Irán ha emprendido ataques misilísticos contra instalaciones militares de los EE.UU. en Irak, sin producir bajas en las tropas de dicho país, lo cual podría ser un signo para pensar que la crisis quedaría reducida a una serie de escaramuzas, pero tratándose del Medio Oriente es algo difícil de asegurar.

Finalmente, no debemos olvidar que el Medio Oriente –una de las regiones más complejas y conflictivas del mundo- está tratando de sobreponerse a los efectos causados por la aparición en años recientes del DAESH (Estado Islámico), organización que podría aprovechar estas circunstancias para fortalecerse, ante el eventual caos que podría generar un conflicto de magnitud impredecible en la región.


Por Emilio Alejandro Rufail, licenciado en Relaciones Internacionales (UCC), especialista en Estudios Árabes, Americanos - Árabes e Islámicos, y doctorando en Diversidad Cultural (UNTREF). Investigador y profesor universitario en Seguridad Internacional y la Problemática del Mundo Árabe e Islámico, en la UCC y la Universidad Abierta Interamericana de Buenos Aires.

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