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Remedios peligrosos

Publicado el 26/08/2020 en Actualidad

En los últimos meses y en el marco de la actual pandemia, figuras públicas han declarado ingerir sustancias similares a desinfectantes para evitar o tratar la COVID-19. El presidente de Estados Unidos sugirió suministrarlo en pacientes para matar el coronavirus; en nuestro país una periodista mostró como tomaba dióxido de cloro en su programa, en vivo.

Al día siguiente de las declaraciones del mandatario estadounidense se reportaron 30 casos en Nueva York de personas intoxicadas por consumir cloro y productos de limpieza, mientras que en Neuquén murió hace poco un niño de cinco años porque sus padres pensaron que tenía COVID-19 y le dieron una alta dosis de dióxido de cloro.

La enorme influencia que tienen los discursos, los medios y las redes sociales es indiscutible. De hecho, ante estos sucesos las más de 400 ofertas de venta de dióxido de cloro que se comercializaban en Mercado Libre fueron dadas de baja por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Con respecto a la veracidad de los efectos sanatorios de estos productos, no hay una sola investigación que corrobore que sirvan para esta enfermedad que hoy nos preocupa, ni para cualquier otra.

Sobre esto conversamos con Pamela Bertoldo, doctora en Ciencias de la Salud y docente de la cátedra de Farmacología y Farmacia Clínica de nuestra Facultad de Ciencias Químicas.

¿Cuáles son las condiciones que tienen ciertas sustancias para considerarse medicamentos?

Un medicamento es una sustancia que, a través de diferentes procesos tecnológicos,  es utilizada para prevenir, diagnosticar o tratar una enfermedad o que busca mejorar el estado de salud de una persona. Para que estos medicamentos sean utilizados en forma segura deben ser aprobados previamente por la autoridad sanitaria, en nuestro país la ANMAT. Para que esto ocurra se debe disponer de evidencia que el medicamento es efectivo y seguro durante su uso. El dióxido de cloro o aquellas sustancias relacionadas que se ofrecen como cura para COVID 19 y otras enfermedades no están aprobadas en el marco normativo referido previamente por lo que NO pueden ser utilizadas como medicamentos.

¿Qué es el dióxido de cloro?

El dióxido de cloro es un gas y es utilizado, entre otras cosas, en la fabricación de papel; en plantas potabilizadoras de agua, pero en muy bajas concentraciones. El hipoclorito de sodio, que es comercializado como lavandina es un producto utilizado para desinfectar superficies inanimadas como mesas, sillas, NO es apto para el uso en humanos.

¿Cuáles son las consecuencias de su consumo en las personas?

La ingesta de estos compuestos o sus derivados altamente tóxicos entran en contacto directo con tejidos del cuerpo donde causan daño a las personas pudiendo llegar a la muerte. Estas lesiones pueden ser de distinto tipo según la forma en la que se tenga contacto con el tóxico. Si es ingerido puede ocasionar irritación del aparato digestivo, el esófago, el estómago; síntomas generales como nauseas, vómitos, diarrea o dolor abdominal hasta cuadros de intoxicaciones que comprometan otros órganos como el aparato cardiovascular, renal, etcétera, lo cual causa daños severos. Si se produce la inhalación, las lesiones serán en el aparato respiratorio con diferente intensidad y gravedad.

Por tal motivo se recomienda a la población, desde todos los organismos de salud nacionales e internacionales (ANMAT, OPS), no consumir, es decir ingerir, inhalar, o a través de la aplicación cutánea, ningún producto que contenga estas sustancias debido a que los mismos son tóxicos, causan daño a las personas, y esto está demostrado.

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