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Los desafíos de la educación

Publicado el 04/12/2017 en Noticias UCC

En el marco del XXVIII Encuentro del Estado de la Investigación Educativa que organiza, todos los años, nuestra Facultad de Educación, el doctor en Educación Jason Beech disertó sobre los principales desafíos de la escuela argentina y nos respondió las siguientes preguntas.

-¿Cuáles son las principales dificultades actuales en el ámbito de la educación?

- Destaco dos cuestiones que me preocupan. Por un lado, vivimos en un mundo en el que ha habido muchos cambios sociales; tecnológicos, a nivel de conectividad; cambios económicos, lo que se conoce como economía del conocimiento. Vivimos en un mundo muy dinámico en el que ha habido cambios empíricos, pero también en nuestra filosofía política, en la manera en que entendemos esos cambios. Ha cambiado la manera en la que se piensa en las minorías, el vínculo como vivimos con minorías como los indígenas por ejemplo, o las mujeres, o grupos que habían sido en cierto sentido marginados. Entonces si uno lo  piensa de esa manera, si en los últimos 40 años ha habido cambios tan grandes e importantes; y por otro lado, si entendemos que la educación es la que nos prepara como seres humanos para vivir en este mundo, necesitamos que alguien nos dé, lo que algunos autores llaman,  los medios para orientarnos en el mundo.

-¿Y qué papel juega entonces la educación en esta nueva realidad de tantos cambios?

Los que ya estamos en la cultura de esta actividad tan fascinante que es la educación, lo que hacemos es recibir a quienes están en la cultura y darles lo que necesitan para orientarse. Ahora, vivimos en un mundo con un desfasaje muy grande entre lo que lo que los sistemas educativos tradicionalmente le daban a los niños y jóvenes y lo que hoy se necesita para vivir en el mundo. No es solo un problema de la institución escuela sino también una cuestión más amplia, los padres tampoco saben. Yo soy padre de chicos de 14 y 11 años y cuando los veo con Instagram me pregunto ¿cómo hago para cuidarlos? es todo un desafío. Años atrás, uno los llevaba a la plaza y podía cuidar que no se golpeara y que no hablara con extraños pero en algún momento debía dejarlo ir solo. Bueno, lo mismo podríamos hacer con Facebook y demás redes sociales, pero el problema es que no las conocemos. No sabemos cómo funciona. Entonces hay un tema con la educación en general. Por eso el primer problema es una necesidad de repensar la educación, familiar pero sobre todo la escolar.

-¿Cómo se vive en nuestro país?

Ese problema se contextualiza en nuestro país de una manera en particular. Los cambios que se empezaron a dar en los sistemas educativos del mundo en los '70, '80 y '90  a nosotros nos agarró en un momento histórico problemático en el que tuvimos tantos problemas políticos, sociales y económicos que la educación fue dejada un poco dejada de lado. No era prioridad. Lamentablemente hoy tampoco lo es pero no solamente por parte de los que toman decisiones. A la gente no le importa la educación como problema público, si le interesa la educación de sus hijos. Hay un actor que decía "a mi no me importa qué pasta de dientes le compras a tu hijo pero si me importa qué educación le das porque es problema mío y de mis hijos también" porque voy a tener que convivir con él.

-Porque es un bien común.

-Es un bien común, para que todos podamos convivir. Pero como en nuestro país fue dejado de lado, hoy nos encontramos con veinticuatro sistemas educativos que tienen enormes problemas de gobierno. Lo que tenemos es un serio problema en poder gobernar la conducta de los demás y tiene que ver con una falta de coherencia entre la jerarquía formal y la realidad.

-¿Por ejemplo?

El docente planifica su clase y se la da, como una práctica burocrática, al director; el director hace un plan institucional y se la da al supervisor pero no se aplica porque si bien existe una vía jerárquica que funciona de manera formal, no es lo que desarrolla el docente en el aula. Y no es que el docente actúe de manera negativa sino que no tiene una autonomía formal y tampoco funcionan los mecanismos de apoyo ni de control. Entonces, si se combinan estos dos problemas debemos cambiar muchas cosas pero, por otro lado, los mecanismos que debemos usar para cambiarlos están completamente desvirtuados. Cumplir con las formalidades jerárquicas es una cosa, luego gestionar las escuelas día a día es otra, de hecho tenemos tantas normas, está tan hiper regulado el sistema que cualquier director de escuela para ser bueno tiene que estar permanentemente violando normas. Por ejemplo, hay normativas que dicen que para que una escuela pueda colgar una placa deben pedir permiso. Hay un problema con ese sistema hiper regulado que funciona en paralelo a las prácticas reales y eso es un problema porque genera una relación perversa con la norma. En general, la mayoría de la gente tiene criterio entonces solamente violan normas antiguas, que no tienen sentido, pero el problema es cuando uno empieza a ser el que decide qué normas se violan y cuáles no. Entonces deja de funcionar como un sistema. Ese es otro de los problemas que necesita un cambio grande.
-¿Cuáles son los principales desafíos?

-Creo que el principal desafío tiene que ver con la escuela secundaria porque, de alguna manera, la función social de la primaria no ha cambiado tanto. Debería cambiar también pero está más consolidada. Todavía hay una relación cercana de la maestra con el niño, hay más contención. La escuela secundaria está pensada con una lógica antigua, cuando eran pocos los que asistían, una elite, y ya estaban formados; por otro lado, los chicos a esa edad eran más independientes. Hoy, un pibe de 13 o 15 años necesita más contención. Hay una primera generación que va a la escuela secundaria, a quienes sus padres no pueden ayudar tanto entonces la escuela secundaria necesita cambiar. No podemos tener docentes que entran y salen y no conocen a sus alumnos.

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