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La RSU como misión

Mucho se habla de Responsabilidad Social Universitaria por estos días. La celebración de la CRES 2018 la incluye como eje de discusión en torno a la situación del sistema educativo de nivel superior. ¿Que impulsa la discusión? Los desafíos que plantea la complejidad del mundo actual, la desigualdad social, el crecimiento de la pobreza, la inequidad, entre otros. En el horizonte de esa discusión, se dibuja la pregunta por el potencial de las universidades para renovar y transformar la realidad social.

¡Menudo interrogante afrontamos!, se trata entonces, de reflexionar sobre el carácter de la formación que ofrecemos en los claustros, la orientación de las investigaciones que incentivamos, la potencialidad de la incidencia social y el perfil de egresado que promovemos.

Para nuestra Universidad la Responsabilidad Social se encuentra íntimamente ligada a lo que somos, a nuestra identidad. En ese sentido, constituye el espíritu que alienta nuestras acciones en materia de proyección social. Pero también, desde una perspectiva más amplia, constituye un enfoque de gestión integral que, paulatinamente y con esfuerzo, ha permeado la estructura curricular y las líneas estratégicas de investigación.

Pero, ¿qué tipo de Responsabilidad nos reclama hoy la sociedad? Ciertamente, aquella que es capaz de preguntar por las formas de organización institucionales que son necesarias para producir acciones que puedan, finalmente, influir en procesos estructurales. Se trata, en definitiva, que la Universidad en su cotidiano hacer, se haga consciente del impacto que genera en su entorno y oriente sus acciones de modo tal que, éstas produzcan una renovación de las configuraciones sociales injustas.

En esta lógica, el estilo ignaciano ofrece una perspectiva de la Responsabilidad vinculada a la noción de justicia solidaria que tiene como base, dice el Padre Adolfo Nicolás, dos dinámicas esenciales. Primero, “responder ante otros por lo que se nos ha confiado”. Segundo, “el reconocimiento de los bienes recibidos” (1) . Desde este enfoque, formar en Responsabilidad Social, como bien lo expresó Peter-Hans Kolvenbach, es formar hombres y mujeres competentes profesionalmente; conscientes de sí mismos y de la realidad que los rodea. Pero también dispuestos en una actitud de servicio y solidaridad en vistas a transformar y renovar esa realidad.

Se trata pues, de un tipo de responsabilidad que encarna la misión institucional. Esa es la dirección en la que nos interesa caminar. Será un desafío ir co-construyendo, Universidad, Sociedad y Estado, los mecanismos necesarios para lograrlo, respetando la diversidad de miradas, promocionando el diálogo y, fundamentalmente, orientando los esfuerzos hacia la búsqueda del bien y el cuidado de quienes más lo necesitan.

(1) Nicolás, Adolfo, SJ. Los Antiguos Alumnos de la Compañía de Jesús y su Responsabilidad Social, p. 2.