Profesora Emérita


Con una trayectoria de 40 años como docente e investigadora en nuestra Facultad de Ciencias Químicas, la bioquímica Haydeé Varengo fue distinguida como Profesora Emérita de nuestra Universidad.

Profesora Emérita  -Académicas UCC
La Profesora Emérita Haydeé Varengo recibiendo la distinción de manos del Rector Alfonso Gómez SJ

Ya retirada de la docencia, Haydeé confiesa que la oportunidad de hacer investigación le llegó un poco tarde porque le hubiese gustado seguir por más tiempo. Además de esto, ser profesora fue una de las cosas que más disfrutó. Su área de trabajo fueron las parasitosis y su relación con las distintas formas de vida y factores de riesgo del entorno. Asegura que "las parasitosis son una de las problemáticas más olvidadas y desatendidas".

– ¿Cómo fue su trayectoria como docente y en investigación?

– Desde 1976 que soy docente en la UCC y siempre estuve vinculada a la cátedra de Parasitología. Mi trabajo de investigación comenzó como un proyecto de RSU en dos comunidades cercanas al Campus de nuestra Universidad: Los Cedros y Villa del Prado. Allí, junto con algunos alumnos íbamos a tomar muestras una vez por semana y las procesábamos buscando parásitos intestinales (enteroparasitosis) en niños y adolescentes de esas comunidades.

– ¿Cuáles fueron los resultados de esta primera investigación?

– El trabajo se centró en las parasitosis intestinales. El resultado fue que aproximadamente el 75% de las muestras fueron positivas a uno o varios parásitos, sobre todo Giardia Iamblia, que puede producir lesiones a nivel intestinal y por lo tanto, una mala absorción de nutrientes. Esta problemática repercute en el crecimiento de los niños y también en la atención que pueden prestar en la clase.

– ¿Cómo intervinieron en la comunidad?

– Organizamos charlas en los colegios en las que se explicaba cuáles eran las causas del contagio y las medidas de prevención que se debían tener en cuenta: cómo almacenar y purificar el agua; cómo hacer comidas nutritivas con ingredientes básicos; etc.

El trabajo fue bienvenido por la comunidad y tuvimos mucho apoyo de los docentes. También las madres y los niños más grandes fueron muy buenos receptores. La comuna y el médico del dispensario no conocían a fondo el tema y estos datos les aportaron una gran cantidad de información.

– ¿Cómo fueron surgiendo otros temas de investigación?

– Además de estudiar por qué estos niños estaban tan parasitados, paralelamente surgió la posibilidad de hacer otras investigaciones en este caso relacionadas a la anemia. Allí intervinieron otras cátedras como la de Hematología e Inmunología, que se ocuparon de estudiar la generación de anticuerpos en esos niños.

Por el tipo de parásitos que encontramos, había indicios de que el agua estaba contaminada.

Por otra parte, también nos interesamos en estudiar otra problemática relacionada a la gran cantidad de población canina sin control sanitario, en esas comunidades.

Comenzamos un trabajo en relación a un parásito que eliminan los perros que es el Toxocara canis y que produce toxocariosis, El hombre actúa como hospedero (no habitual) y así no sigue su ciclo normal. En algunos casos las larvas se enquistan en los órganos provocando daños que varían según el tejido donde se encuentre.

– ¿Cómo se detecta y qué produce la toxocariosis?

– Se detecta a través de análisis de sangre y en la mayoría de los casos no se ve la manifestación de la enfermedad hasta que no se ha producido la lesión. Puede ubicarse en los ojos; en el pulmón y en el cerebro produciendo neurotoxocariosis. En este caso, los síntomas se manifiestan de manera diferente, según donde se ubique. En los ojos, puede llegar a producir ceguera, pero lo cierto es que no hay mucha información con respecto a este parásito en humanos. No se sabe por qué una vez que entra al organismo no sigue su ciclo normal sino que se enquista en el tejido. Además, puede ser que en toda la vida no se produzca una manifestación, como puede ser que sí.

– En este caso ¿Qué resultados pudieron obtener?

– A través de la técnica denominada ELISA que detecta anticuerpos se busca determinar si una persona estuvo expuesta al parásito pero la técnica no confirma que el niño está infectado si el antígeno no es regional.

Por ese motivo, buscamos generar un antígeno soluble de Toxocara de la cepa del parasito que está en la región. La idea era poder hacer el diagnóstico a los niños desde la cátedra, sin necesidad de recurrir al equipo comercial.

Tomamos muestras del suelo; de las viviendas; escuelas y alrededores y encontramos una alta prevalencia de este parásito en un sector de la población infantil con ciertas características. Esto nos permitió ampliar los conocimientos, y así empezamos a estudiar la respuesta inmune innata de esta parasitosis.

Una de las cuestiones que nos planteamos fue por qué en ciertos casos nuestro sistema inmune no frena la larva. Es por eso que la investigación siguió con el estudio de las citoquinas que son los primeros mediadores solubles que reaccionan ante un patógeno o un ser extraño. La idea era estudiar la posible respuesta inmune primaria para después estudiar la celular.

El trabajo fue muy bueno, pero era necesario probar con una mayor cantidad de citoquinas y para ello es necesario un amplio presupuesto del que no disponíamos. Así y todo, lo importante fue poder lograr realizar la estandarización de la técnica ELISA in house con antígenos obtenidos de cepas de Toxocara de la región.  



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