Debate de película
La Cátedra libre Modernidad y Religión es una iniciativa de nuestro Departamento de Formación, que tiene como objetivo brindar un espacio abierto a la comunidad para aproximar las distintas problemáticas socioculturales de la religión a través del cine.
De esta manera, se seleccionan películas afines a determinados ejes temáticos para reflexionar sobre distintos fenómenos característicos de nuestra cultura contemporánea.
Durante el mes de agosto se proyectarán obras del director Frantisek Vlácil. Su coordinador, Flavio Borghi, nos cuenta de qué se trata esta propuesta.
Contraluces de Frantisek Vlácil
Frantisek Vlácil (1924-1999) es un director de cine checoslovaco, perteneciente a la llamada “Nueva Ola” de cine checo, una corriente de gran importancia expresiva formada después del derrumbe del comunismo stalinista a mediados del siglo XX, y que dio lugar al surgimiento de nombres como los de Milos Forman, Vera Chytilová o Jaromil Jires, entre otros.
No obstante, Vlácil no siguió un derrotero común al de sus pares. Estudió Arte y Estética en la Universidad Masaryk de Brno, hasta que fue convocado por el ejército para la realización de diversos documentales de propaganda. De esta manera adquirió la pericia para rodar en escenarios naturales y en condiciones extremas y, así, pulir su talento para la realización cinematográfica.
Entonces, Vlácil inició su carrera de realización cinematográfica al margen de los circuitos tradicionales de otros cineastas. Ya en su primer película, La paloma blanca (Holubice, 1960), muestra una extraordinaria sensibilidad y visión poética del mundo. Pero serían sus siguientes obras las que marcarían un hito en la historia del cine, aunque sean mayormente desconocidas: la trilogía medieval compuesta por La trampa del diablo (1962); Marketa Lazarová (1967) y El valle de las abejas (1968). No solo pertenecen a uno de sus más interesantes periodos creativos, sino que incluso Marketa Lazarová es considerada como la mejor película checoslovaca hecha hasta el presente.
En el ámbito cinéfilo, suele compararse ésta trilogía medieval en general, (y Marketa Lazarová y El valle de las abejas, en particular), con las otras grandes gemas del género: El séptimo sello (Suecia, 1957) de Ingmar Bergman y Andrei Rublev (URSS, 1966) de Andrei Tarkovski. Aunque algunos comentaristas van más lejos y consideran que, por su agudeza filosófica, su riesgo narrativo y su belleza estética, la obra de Vlácil es todavía superior. Lo cual, es mucho decir, pero sin lugar a dudas, invita a comprobar.